Para Broda y Levy Yeyati el dólar debería ser más caro para no alejar inversiones.
En la primera sesión sobre macroeconomía de este mini Davos, ocho consultores se reunieron en dos paneles para debatir sobre el desarrollo reciente de las principales variables macroeconómicas.
En el primero, debatieron Miguel Ángel Broda (Estudio Broda), Eduardo Levy Yeyati (Elypsis), Lorenzo Sigaut Gravina (Ecolatina) y Alejandro Catterberg (Poliarquía) y el tipo de cambio se llevó el protagonismo.
Los integrantes del panel coincidieron en que el dólar quedó barato y que la competitividad ganada con la devaluación se perdió con la posterior aceleración inflacionaria motorizada por la suba de tarifas.
En este sentido, Broda criticó que el enfoque del gobierno para combatir la inflación sea meramente de política monetaria y llevarla al 12-17% el año próximo cuando el consenso considera que rondará el 20-22% y remarcó que esto tuvo un costo en términos de atraso cambiario que dejó al dólar “con 25% de desfasaje con respecto al dólar promedio de los últimos veinte a sesenta años” y este atrasa cambiario “frena inversiones”.
Sin embargo, a la hora de evaluar el contexto recesivo, consideró que con “47% del PBI de presión fiscal” no hay margen para subir el gasto. “Con 30% todos seríamos keynesianos y subiríamos el gasto”, ironizó.
Además, señaló que el atraso fiscal “está mal” y advirtió que con la oferta de dólares provenientes del endeudamiento que bajan el precio de la divisa, “pero no queda otra si no quieren bajar el déficit”, se lamentó.
Al respecto, Levy Yeyati respondió que en el gobierno son conscientes de esta costo colateral y recordó que en el último artículo que escribió junto al presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, concluyeron que el dólar debía ser “tan alto como fuera posible, pero lo posible no es infinito”, aclaró.
“Estoy seguro que Sturzenegger quiere un tipo de cambio más alto”, remarcó Broda quien explicó que el Banco Cental no puede emitir pesos para comprar dólares para encarecer la divisa sin que esto tengo un impacto inflacionario o un costo cuasifiscal por tener que “esterlizar luego el exceso de pesos mediante Lebacs”. De hecho, esta esterilización fue la que disparó este ciclo inflacionario hace una década, recordaron.
“Estoy seguro que Sturzenegger quiere un tipo de cambio más alto”, remarcó Broda quien explicó que el Banco Cental no puede encarecer la divisa sin que esto tengo un impacto inflacionario.”
Respecto del impacto laboral del atraso cambiario, Sigaut remarcó que buena parte de la población tiene escasa formación de capital humano y que por lo tanto depende de fuentes de trabajo en los sectores mano de obra intensivos, que son precisamente los que pierden competitividad por el atraso cambiario.
Sobre este tema del empleo, Levy Yeyati señaló que, en efecto, “tenemos un problema de descalce en la capacidad laboral: faltan ingenieros y sobran albañiles”, pero que el turismo es una actividad federal en su distribución territorial y exportadora que contrata mucha mano de obra de menor calificación y que puede absorber la oferta laboral de la disminución del a demanda industrial de mano de obra.
Aunque advirtió también que la economía sigue muy cerrada y que aún no hemos visto el impacto sobre el empleo de la innovación tecnológica.
“Yo no veo tanto el problema para el año que viene –dijo Broda respecto del empleo- porque de los 85 mil puestos de trabajo formal que se perdieron desde principipo de año, 70 mil son de la construcción y es muy probable que en la reactivación (del año que viene) se recuperen”, dijo Broda.
Aun así los economistas celebraron el paquete de normalización económica y Catterberg destacó que el Gobierno continúa con una popularidad “bastante alta” tras el proceso de reforma.
En este punto retomó el debate, el segundo panel conformado por Diego Giacomini (Economía y Regiones), Dante Sica (Abeceb), Ramiro Castiñeira (Econométrica) y José Luis Espert (Espert Consultora Macroeconómica), quienes no dejaron de enfatizar el peso de la herencia económica con la que comenzó esta gestión.
“Había consenso sobre lo que había hacer”, consideró Sica. “El cierre del economía, con las conclusiones que nos dejó el siglo XX, es temerario”, acotó Catiñeira y celebró el fin del cepo cambiario, la apertura financiera y comercial y el acuerdo con los holdouts.
Aun así, “La herencia todavía gravita. Hay déficit fiscal, déficit externo, déficit energético, pero al menos el gobierno ya no miente”, resaltó Castiñeira.
“Esto es normalización, todavía no hay ‘Cambiemos’. Para que sea así hay que resolver los problemas de fondo que son muchos y están relacionados con la herencia. Hay que hacer un cambio para crecer desde la oferta”, recomendó Giacomini.”
“Fueron medidas de normalización económica, no de cambio” dijo Giacomini y reclamó ordenamiento fiscal: “Venimos del peor gobierno de los últimos setenta años con una destrucción de capital inédita. Esto es normalización, todavía no hay ‘Cambiemos’. Para que sea así hay que resolver los problemas de fondo que son muchos y están relacionados con la herencia recibida. Hay que hacer un cambio para crecer desde la oferta”, recomendó y remarcó la importancia de bajar el déficit fiscal y la presión tributaria para que “los inversores puedan invertir y ganar dinero”.
Por su parte, Espert remarcó que las correcciones económicas hechas hasta la fecha dan para iniciar un crecimiento de ciclo corto, “de aproximadamente cuatro años”, pero no tan largo como detrás de las grandes crisis económicas de Argentina en las que se hicieron correcciones más profundas.
La mirada desde afuera
LPO preguntó a uno de los asistentes al evento para que diera su visión como inversor desde el extranjero. “Creo que hay que terminar con el déficit fiscal lo antes posible, que no se puede estar manejando la economía minuto a minuto de acuerdo a las elecciones, el clima político o el clima social. Considero que algunas medidas se han hecho muy de a poco, muy graduales y hoy hay que agarrar el toro por las astas y transformar al país aunque momentáneamente duela en el bolsillo de todos los argentinos para poner de pie al país lo antes posible. No tiene sentido endeudarse para pagar déficit fiscal creando más gastos de servicio de deuda, nunca sirvió”, dijo Daniel Melhem, director de Knightbridge Partners y presidente del Consejo de líderes del Golfo y Latin America.
“Lo que más preocupa hoy a los inversores es la inflación, que se está atacando, el déficit fiscal, y nos preocupa el tipo de cambio, que está muy atrasado para que muchas industrias puedan exportar y a este nivel otras economías como Brasil nos van corriendo. Creo que debería haber sido en un principio más agresivo al inicio cuando devaluó, ahora ya no. Esas son las preocupaciones de la gente de afuera con la que estuvimos hablando. El tema de las elecciones de medio término no les preocupa porque entienden que Macri como gobernador de la Ciudad supo gobernar con minoría legislativa ganando consensos”, aclaró Melhem.