En búsqueda de la inversión transformadora

Para muchos argentinos, la semana que comienza es una más. Pero para el futuro del país, y en particular para el de las generaciones más jóvenes, lo que ocurrirá en Buenos Aires esta semana podría tener un enorme impacto en sus vidas.

Durante los próximos tres días se llevará a cabo el primer Foro Argentino de Negocios e Inversión, organizado por el gobierno argentino. Más de 2000 empresarios participarán del encuentro, incluyendo una gran cantidad de empresas multinacionales y fondos globales de inversión, que están analizando desembarcar en el país.

Entre los invitados se encuentran desde el poderoso fondo soberano de Singapur GIC hasta la firma Kohlberg Kravis Roberts, la cual prácticamente inventó el sector denominado capital de riesgo, responsable de financiar a gigantes como Google, Amazon o Tesla. Para aquel que no es un experto en materia de inversiones, esta semana estarán en Buenos Aires los Bolt, los Phelps, los Messi y los Djokovic del mundo corporativo y financiero internacional.

Este foro ha sido minuciosamente organizado por la Agencia Nacional de Inversiones y Comercio Internacional, y marca un antes y un después en el desafío de posicionar a nuestro país como el principal destino de inversión en América latina. No es un dato menor que sea la primera vez que muchas de estas firmas y sus ejecutivos visitan Buenos Aires, atraídos en gran medida por la intención del presidente Mauricio Macri de transformar la matriz productiva del país.

El éxito nunca está garantizado, pero hay unanimidad sobre los sólidos fundamentos de esta etapa, en la cual los inversores parecen estar dispuestos a confiar nuevamente en los argentinos.

La inversión es una condición necesaria para lograr crecimiento económico y mejorar las condiciones de vida de la población. Esa inversión puede financiarse únicamente de dos maneras: sacrificando el consumo presente de los argentinos -comprando máquinas en lugar de televisores- o a través de la inversión extranjera.

La confianza es la base de toda sociedad, de manera que tal como una buena administración tiene la habilidad de construir una economía moderna, una mala administración tiene el poder para destruirla. La inversión, al igual que el crédito, el Estado de Derecho y la tecnología bien aplicada, es uno de los pilares de una economía exitosa y productiva.

El impacto de estas inversiones genera a veces dudas en la población, por los problemas con experiencias pasadas de integración con el capital internacional y, por sobre todo, las suspicacias de quienes se apropian de los frutos del nuevo crecimiento.

Les respondo con una anécdota: hace diez años me encontraba en la ciudad de Puebla, en México, y quise comprar unas enormes macetas artesanales de Talavera, pero no tenía suficiente efectivo y éstas eran grandes y pesadas para llevarlas uno mismo. De todas maneras, me acerqué al hombre que estaba sentado en la vereda y le pregunté cómo podía pagarlas. El señor rápidamente se paró y me dijo: “Pues con la tarjeta de crédito que guste, y se las envió por FedEx a donde usted quiera. Así es como exporto a todo el mundo”. Una semana después recibí las cuatro macetas, en perfectas condiciones.

La inversión, al fin de cuentas, llega a toda la cadena de valor de una economía, y aunque pareciera que el impacto es mayor en una multinacional que en un artesano, en realidad es el caso contrario.

El autor es director de Knightsbridge Partners y presidente del Consejo de Líderes de América Latina y el Golfo Árabe – Daniel Melhem